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Se jubila el obispo de Chilapa-Chilpancingo que presumia reunirse con jefes criminales

Se jubila el obispo de Chilapa-Chilpancingo que presumia reunirse con jefes criminales
  • Publishedabril 22, 2022

Redacción

Mëxico.- El Obispo emérito de la diócesis Chilapa-Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza, quien se jubiló, señala que dialogar con estos jefes criminales era la única manera de pacificar el estado, uno de los más golpeados por la narcoviolencia.

Santiago Mazari, ‘El Carrete’; Isaac Navarrete, ‘el Señor de la I’; y Onésimo Marquina, ‘El Nencho’, son algunos de los ‘capos’ con los que don Salvador se reunió en su intención de acabar con la violencia.

Antes de oficiar una misa en la Catedral de La Asunción en Chilpancingo, Rangel cuenta que fue el ex Gobernador Rubén Figueroa quien medió para que pudiera encontrarse con algunos de los jefes criminales con los que estableció diálogo.

En Chilapa, por ejemplo, Figueroa Alcocer intervino para que Rangel pudiera platicar con los dirigentes del grupo criminal de ‘Los Ardillos’.

«Yo no sé qué relación tengan ellos (el ex Gobernador con los líderes de esa organización) pero en la pacificación, particularmente la de Chilapa, si intervino don Rubén, moviendo sus hilos, su mediación», dijo.

Según Rangel, también recurrió al ex Gobernador cuando tenía que entrar a la región de Tierra Caliente después de que fue designado administrador apostólico en Ciudad Altamirano.

Aunque no mencionó los nombres de los líderes de ‘Los Ardillos‘ con quienes charló, se presume que el Obispo se reunió con Celso e Iván Ortega Jiménez, quienes operan desde el Municipio de Quechultenango.

«Le pedí a él (Figueroa) que me recomendara, porque cuando fue Gobernador conocía a todas estas gentes.

La primera vez que estuve allá, fue en Arcelia. Fui a consagrar un templo, en la comida vi que había gente especial y en son de broma pregunté que a quién se le iba a pedir la visa para entrar a Tierra Caliente y todos se rieron. Me dijeron que ya todo estaba arreglado», señala.

«Yo le reconozco a don Rubén el apoyo que nos dio tanto en esta zona (Chilapa) y Tierra Caliente».

Rangel considera que el ex Gobernador, de 82 años, es un político con experiencia, aunque en la entidad es señalado por la masacre de 17 miembros de la Organización Campesina del Sur, a manos de policías estatales, en Coyuca de Benítez en 1995. Meses después dejó el cargo por esos hechos.

«Yo no estoy en la piel de don Rubén, pero es un hombre de muchas relaciones», dice el prelado, quien el martes fue sustituido por el Obispo José de Jesús González Hernández.

El contacto con los grupos criminales no ha sido fácil, pues el religioso también ha sido blanco de amenazas.

En 2018, líderes de la Policía comunitaria de Tlacotepec amagaron con detenerlo y reeducarlo por tener presuntamente nexos con grupos de la delincuencia.

A su vez, Rangel acusó a la policía comunitaria, señalada de tener nexos con el grupo de Los Tlacos, de haber desplazado por la fuerza a 3 mil personas del Municipio de Leonardo Bravo.

El Obispo reconoce que le quedaron varios pendientes, como pacificar los municipios de la zona norte del estado y Chilpancingo.

«Falta consolidar la paz en Chilpancingo, ya que en la capital se metió un grupo después de que se fue otro, y todavía hay acontecimientos serios de violencia», indicó.

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