Programadora indígena lleva el náhuatl a Google Traductor y destaca la importancia de rescatar las raíces culturales
México- Gabriela Salas, una orgullosa programadora indígena y científica de datos oriunda de Chapulhuacán, Hidalgo, ha colaborado con Google para incorporar el náhuatl, la principal lengua originaria de México, a su traductor. Salas resalta que “lo importante” de esta iniciativa es “rescatar” las raíces culturales. “Soy una mujer indígena nahua”, se presenta Salas, quien ya tenía experiencia en el campo de las lenguas originarias antes de colaborar con el gigante tecnológico.
Sus conferencias como divulgadora científica han girado en torno a la “importancia de rescatar” estos idiomas a través de la inteligencia artificial, lo que despertó su interés en colaborar con Google cuando la empresa buscaba voluntarios para su sistema de traducción. En junio, Google anunció la incorporación de 111 nuevos idiomas a su traductor, incluyendo el náhuatl, elevando la cifra total de lenguas disponibles a más de un centenar.
Salas aportó a la compañía “toda la información” que había elaborado y recabado a través de una base de datos que incluye documentales, personas hablando en náhuatl, libros, revistas y periódicos. Según el Sistema de Información Cultural (SIC), el náhuatl pertenece a la familia yuto-nahua y al grupo cora-nahua, siendo hablado por 1,586,884 personas.
“Lo dejé pasar un poco porque vine a visitar a mi mamá”, comentó Salas, refiriéndose al momento en que invitó a sus amistades a utilizar el traductor ya con el náhuatl incorporado. Fue entonces cuando la herramienta y ella misma se volvieron virales, lo que le abrió las puertas para trabajar por la conservación de las 68 lenguas originarias de México, aunque actualmente no hay convocatorias abiertas en Google para añadir nuevos idiomas a su traductor.
“Aquí, lo importante es rescatar nuestras raíces”, sostiene Salas. A sus 28 años, se muestra orgullosa de su trabajo, lo que “no solo” es un éxito personal, sino “de todos los mexicanos” y, “especialmente”, de la población indígena. “Todavía permanecemos en la discriminación”, denuncia, señalando que esta problemática se complica para las mujeres, a quienes “nada más se nos prepara desde muy pequeñas para casarnos”.
Salas explica que quiso “romper esa brecha” porque quería “hacer cosas”, como ser científica o programadora, lo cual califica como un “orgullo” al haberlo logrado. “Me ayuda a impulsar a más niñas y mujeres indígenas en la ciencia”, asegura, siendo también miembro de la Organización para las Mujeres en la Ciencia para el Mundo en Desarrollo (OWSD) de la UNESCO.
El desafío “más importante” para las comunidades originarias y sus lenguas es que la tecnología llegue a “cada rincón” para que todas las personas la puedan usar. “El reto es hacer mucha difusión de nuestras lenguas”, añade Salas, porque “entre más información tengamos, más precisa es una traducción”. Anima a los adultos mayores, la “esencia pura” del náhuatl, a involucrarse en estas iniciativas y exhorta a las empresas a tener en cuenta las múltiples lenguas originarias de México.
Salas motiva a todas las personas a luchar por sus objetivos, aunque recalca que a ella le ha “costado doble” conseguirlos. “Pero mi sueño y mis metas siempre estuvieron presentes y tengo que lograr muchas cosas. (…) ¿Qué mejor que abrir caminos para las personas que lo necesitan, y a los jóvenes más que nada?”, concluye.