Un estudio revela que los síntomas leves de infarto retrasan la búsqueda de ayuda en personas mayores
Un estudio realizado por el Instituto de Investigación Biosanitaria ibs.Granada y la Universidad de Granada (UGR) ha identificado los síntomas de infarto menos reconocidos por la población española, especialmente entre personas de 55 años o más. La investigación, publicada en Social Science & Medicine, se basa en entrevistas telefónicas a más de mil personas para evaluar su respuesta ante diversos escenarios de síndrome coronario agudo, una de las principales causas de muerte a nivel mundial.
La investigación, llamada Cardiobarómetro español, analizó cómo la población identifica y actúa frente a diferentes combinaciones de síntomas asociados al infarto. Según los expertos, el dolor en el pecho es común en eventos cardiovasculares; sin embargo, alrededor del 20% de los pacientes no lo experimentan, lo cual puede retrasar la atención médica. “Nuestro estudio sugiere una menor conciencia y reacción adecuada cuando no hay un dolor fuerte en el pecho”, explicó Dafina Petrova, científica principal del estudio y miembro del grupo de Epidemiología, Prevención y Control del Cáncer del ibs.Granada.
Los datos muestran que el 55% de las personas tiende a postergar la búsqueda de ayuda en casos de síntomas leves, incluidos el dolor leve en el pecho y el cansancio. Este grupo, conocido como “síntomas difusos”, es frecuente en adultos mayores y se asocia con una mayor mortalidad. El cansancio, cuando es el único síntoma, fue el que menos se asoció con un posible infarto, especialmente entre las personas más jóvenes.
La investigación también destacó una brecha de género: las mujeres, que tienden a experimentar menos dolor en el pecho que los hombres, demoran más en buscar ayuda médica, según la doctora Rocío García Retamero, catedrática de Psicología en la UGR. “Esto sugiere que factores ajenos al reconocimiento de la enfermedad afectan las decisiones médicas de las mujeres, algo que requiere mayor investigación”, afirmó.
El estudio fue posible gracias a la colaboración entre diversas instituciones como la Escuela Andaluza de Salud Pública y el Centro Nacional de Epidemiología, además de expertos en psicología, cardiología y salud pública de España y Dinamarca. Los investigadores subrayan la importancia de educar a la población sobre los síntomas no clásicos del infarto para reducir las tasas de mortalidad y mejorar la respuesta ante estos eventos críticos.