Neuralink quiere que personas parapléjicas controlar un brazo robótico con su mente
Neuralink, la empresa de neurotecnología fundada por Elon Musk, anunció este lunes que ha recibido la autorización para realizar pruebas de una innovadora tecnología que permitirá a personas parapléjicas controlar un brazo robótico mediante sus pensamientos. La compañía destacó en su cuenta de la red social X, también propiedad de Musk, que este avance marca un hito importante en el desarrollo de su interfaz cerebro-ordenador (BCI), ampliando su alcance a dispositivos físicos en fase de investigación.
“Este es un primer paso importante hacia la recuperación no sólo de la libertad digital, sino también de la libertad física”, declaró Neuralink, resaltando el potencial de esta tecnología para mejorar la calidad de vida de personas con discapacidades motoras graves.
El anuncio de este nuevo ensayo llega después de varios hitos en los que Neuralink ha avanzado en la investigación de sus implantes cerebrales. El 29 de enero, la compañía informó haber implantado con éxito su primer chip cerebral en un ser humano, lo que ocurrió después de recibir la aprobación de la Administración de Fármacos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) para realizar estudios en humanos. En los meses siguientes, Neuralink también reveló que su segunda paciente, con una lesión de médula espinal, logró controlar dispositivos electrónicos mediante su mente, incluyendo la posibilidad de jugar videojuegos y diseñar en 3D.
Este nuevo ensayo es parte de un esfuerzo por expandir las capacidades del Implante N1 y explorar su uso en la mejora de la movilidad y la independencia de personas con parálisis. Además, la semana pasada Neuralink recibió la autorización para llevar a cabo el primer ensayo de sus implantes en Canadá, dirigido a personas con tetraplejía causada por esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o lesión de la médula espinal cervical.
Con estos avances, Neuralink continúa avanzando en su misión de desarrollar tecnologías capaces de transformar la forma en que los seres humanos interactúan con dispositivos, abriendo un futuro en el que la interfaz cerebro-ordenador podría ofrecer nuevas oportunidades para la rehabilitación de personas con discapacidades severas.